"Nos quejamos, pero olvidamos recordarnos cada día la delicia de enterrar mi cara en tu espalda cuando me despierto en mitad de la noche y oigo tu respiración, y el mundo entero se organiza. Olvidamos agradecer el hueco de tu clavícula, que me sirve de almohada, y la mirada que nos cruzamos en las cenas de compromiso, y las tardes empleadas en pensar en una sorpresa nueva, en un regalo único, y los brazos con que calmas mis lágrimas, y las palabras con que acaban tus preocupaciones".Espido Freire. Cartas de amor y desamor.
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